lunes, 5 de marzo de 2012

LA CALLE DEL EQUIPO:

En 1988 entrenaba por vez primera seriamente la natación. Tenía fresco el recuerdo de los tres “tris” que corrí el verano anterior. La hora era la franja horaria del medio día. Bastante tiempo del entrenamiento estaba solo en una calle, normalmente la segunda calle de la cristalera de la piscina de la Magdalena. En la calle más cercana a los amplios ventanales un chico evolucionaba por libre. Reparaba en mi manera de entrenar, metros y más metros, largos y otros cuantos más. El chico parecía jugar en el agua, sin orden ni concierto. Parecía que la improvisación momentánea en la melodía de sus gustos, era el único guión de su visita al agua.
Ese chico sin saberlo, y yo tampoco, pasó de jugar en el agua, devorar más metros que yo. Pasó de preparar una pruebas de acceso a la Universidad, a convertirse en el mejor triatleta asturiano de la historia.

En los noventa la situación de entrenamiento en esa piscina cambió bastante. Después de las 20:00 solo había para el publico 2 calles. Equipo y cursillos ocupaban las seis restantes. Las dos del publico solían estar saturadas, eso en el mejor de los casos, normalmente estaba supersaturadas. Diez personas en una calle con niveles de natación heterogéneos, es un ejemplo claro de súper saturación. Hubo días en los que preparando el Ironman de Lanzarote del 94, para no perder el viaje a la piscina me dedicaba a hacer largos buceando. Si hubiese el ranking de piscina más masificada de España, estoy seguro que la de la Magdalena en esos años, y a esas horas estaría a la cabeza.

Siempre entrene la natación en una calle de público, no con un equipo. No es lo más cómodo, pero nunca tuve demasiados inconvenientes, y menos oportunidades de elegir. Tampoco tuvimos una calle para entrenar cuando ya había equipo en la Agrupación Deportiva Triatlón Avilés, por lo menos cuando yo estaba activo.

Esta temporada es la primera vez en mi vida que entreno la natación en un equipo, y no es un equipo de natación, es un equipo de triatlón. Es “mi equipo” de triatlón. Tengo que reconocer de una manera rápida que …
¡¡¡La cosa mola!!!

Hay una cosa que aún mola más, y que nunca pensé, es un regalo, otro más que me ha dado la vida. Me satisface disfrutar de la situación del triatlón hoy en Avilés, pero me satisface más pensar en el granito de arena que puse para ello, cuando en 1987 estampé mi firma en el acta fundacional de la Agrupación Deportiva Triatlón Avilés...
¡¡¡Eso mola, pero mola más!!!

La calle del equipo no siempre es la 5, solo los días pares semanales, y de 18:30 a 19:30
Vista general de la ubicación de la calle del equipo. La piscina del Quirinal, esta, es muy similar a la de  la Magdalena, aunque mucho más nueva. Obviamente esta tiene menos solera...
¡¡¡y tampoco tiene agua fría en la duchas!!!

Un feliz usuario habitual de la calle del equipo. Lo de feliz es obvio.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¿FRACASO O NO FRACASO?, HE AHÍ EL DILEMA

Hace meses, justo cuando regresé a Menorca después de concluir la cuarta etapa de “Mi vuelta al mundo en bici, a la salud por los pedales”, me enteré, o mejor dicho “me enteraron” con entusiasmo del EXTREME-MAN.
Al principio fui escéptico, he oido tantas veces hablar de proyectos a largo plazo que …
La cosa comenzó a cambiar cuando paso de la rumorología, a la información escrita y publicada, aunque fuera en la red. En ese momento me lo empecé a tomar en serio.
Un punto de inflexión importante en mi motivación hacía la prueba y su organización, fue cuando sonó mi móvil, y desde la organización me confirmaban que mi solicitud de invitación había sido aceptada.
Supongo que el motivo de la invitación fue en parte mi historial deportivo, en parte el proyecto que estoy desarrollando para la normalización social de las enfermedades invisibles, las mentales, y sobre todo una combinación de ambas. Aunque realmente eso es lo que me gusta pensar.

Un poco por agradecimiento, y otro poco por interés decidí comenzar esta bitácora. Considero que es una plataforma muy válida para mi proyecto de divulgación de las enfermedes invisibles, las mentales , el hecho de crear una bitácora que se publique en la página oficial del EXTREME-MAN, de momento esta prueba es la competición deportiva más importante que se celebra en Menorca.
Por otra parte desde los pocos años, concretamente 5 que llevo trabajando públicamente en este proyecto, en privado son décadas, ha sido en la comunidad deportiva donde más comprensión ha tenido.

Corrí mi primer triatlón en el 87, pertenezco a una especie en vías de extinción. Extinción irreversible, dado que no se regenera. Genero triatleta, especie pionero.
En esos primeros años, en los que por no tener no teníamos ni Federación. En esos años que teníamos lo mejor que había en el triatlón, pues no había nada mejor, acumulé unas vivencias que me acompañaron siempre. Pienso que la experiencia es un grado, no el único, pero si un grado.
No se si me equivoqué, pero pensando de esta manera me llevé un gran shock cuando comprobé, la vida me lo ha demostrado, las muy diversas maneras que las personas tienen de afrontar las mismas situaciones.
He comprobado como algunos niegan y reniegan de donde vienen, a pesar de que eso les situan donde están.
A algunos les pareceran historias de viejo trasnochado, otros lo valoraran como lo que es. Como el eslabón de una cadena, en el cual nace el triatlón en este pais. Hace que el triatlón hoy en España sea lo que es.
Pero sobre todo escribo esta bitácora por que tengo unas vivencias que quiero compartir, y la vida me ha enseñado el regusto dulce del sabor de las cosas compartidas.
Me gustaría comenzar y seguir con esta línea, pero los acontecimientos personales vivos en el EXTRE-MAN hacen replantearme esta primera entrada.



¿FRACASO O NO FRACASO?, HE AHÍ EL DILEMA

Hace semanas un buen amigo termino el Ironman de Zurich. En plena vorágine mediática por su éxito, felicitaciones y demás, le razoné que para mi había sido un fracaso, no le gustó, por ello terminaré aquí esta introducción.

Cuando terminé el EXTRE-MAN califique mi actuación como frustrante, absolutamente frustrante. De ahí al fracaso poco vá. Al día siguiente fui a ver a mi médica, tenía una revisión, estaba de baja. “Burocráticamente” es enfermedad común, así reza el parte de baja, aunque eso enmascara la realidad del problema. Que a uno le roben sus gafas graduadas en el trabajo, uno o quienes comparten nómina conmigo, no es una enfermedad, es un delito, y sus consecuencias no son la consecuencias de una enfermedad, lo son de un delito. Todo lo que deriva de ello tampoco es un problema de enfermedadcomún, lo es laboral.  Si todo esto puede “solucionarse” con un parte de baja por enfermedad común, es que algo falla en nuestro sistema. Nuestro sistema con mayúsculas, laboral, social, y sanitario.

Cuando estaba en la consulta comenzé a comprender mi “creativa” actuación en la prueba, "creativa" por no decir caótica.
Marche en bici bien, o muy bien. Hice una media de 34,0 km/h, regulé en la bici, comí, bebí, no abusé de desarrollo. Corriendo no tuve ningún problema, el hombre del mazo se entretuvo con otros, algunos de por aquí. No tuve problemas físicos, ampollas, nada de nada. Tampoco me mordió un perro. ...
¡¡¡Corrí casi a 7´/km!!!

He llegado ha hacer entrenando una hora a 4´30´´/km. La semana de la carrera hice el mejor entreno de toda la temporada. El martes previo a la carrera hice 3 vueltas al circuito de bici, con viento pero muy bien, me salieron unos 140 km justo antes de ir a correr. Fue el día que mejor corrí después de montar en bici. El más rápido.
CONCLUSIÓN: Llegué a la carrera en inmejorables condiciones físicas teóricas, entonces, ¿Qué pasó? Hubo de llegar el lunes para obtener respuestas, en la consulta de mi médica.

Del lunes al jueves estuve bastante bien del cuadro de ansiedad que padecía, pero el jueves noche las cosas cambiaron. Por la noche abrí un correo del sindicalista, le conteste y durante la respuesta me empezé a calentar, sino lloré casi.
El viernes me encontraba con una ansiedad pre-competitiva totalmente anormal, recuerdo que llevo en esto 23 años. El sábado por la mañana en casa, y por la tarde en Fornells, mientras preparaba mis cosas en el área de transición aún peor. Parecía que todo aquello con lo que disfrutaba me daba miedo.
Realmente este tri. no era una carrera "de pueblo" pero tampoco un hito en mi historial deportivo, pero estaba más descentrado que en los 2 Ironman que corrí, o que en el Mundial de larga Distancia Ibiza 2003. Había un síntoma que claramente me avisaba de que no estaba bien.
La organización me invitó y no me pidió nada a cambio, incluso comentamos de hacer más cosas en el futuro. Yo no tenía que cumplir nada con la organización, pues nada me pidio, por tanto no podía decepcionarles. Aún así sentía una sensación que me pesaba como una losa de no defraudarles, aunque sabía que eso no podía ocurrir. Dicho de otro modo, la parte racional a pesar de tener argumentos de peso irrebatibles, no podía poner en su sitio a la parte emocional desbocada.
Fué el prolegómeno del fracaso, frustración.

Lo que SI dá más, y es uno de los pilares del proyecto por la normalización de las enfermedades mentales, es que "Mi problema de salud mental nunca justifico comportamientos ajenos, no los justifica en el presente y no los justificará en el futuro"
No justifica un sistema laboral, sanitario y social que falla. No lo  justifica, pero yo tengo que pagar el precio.
Yo tenía que haber hecho entre, la previsión más optimista pero realista de 5:00, y la más pesimista de 5:30. A pesar de que invertí en ello un montón de tiempo y sacrificio, al compaginar mis entrenos con un trabajo en el que muevo todos los dias unas cuantas toneladas de maletas, eso sin mencionar los turnos. A pesarde todo ello no conseguí mi objetivo por causas ajenas.
Mi problema de salud mental no justifica comportamientos ajenos, lo que es peor, asume las consecuencias de los mismos. Me toca a mi pagar el precio, simplemente porque asi lo disctamina un sistema laboral, social y sanitario que evidentemente falla.

LO UNICO BONITO QUE ME QUEDÓ: